miércoles, 29 de junio de 2016

Confieso que he vivido

"En estos días me ha traído mi hermana un cuaderno que contiene mis más antiguas poesías, escritas en 1918 y 1919. Al leerlas he sonreído ante el dolor infantil y adolescente, ante el sentimiento literario de soledad que se desprende de toda mi obra de juventud. El escritor joven no puede escribir sin ese estremecimiento de soledad, aunque sea ficticio, así como el escritor maduro no hará nada si el sabor de compañía humana, de sociedad"

Pablo Neruda, Confieso que he vivido, página 110.  


En este libro Pablo Neruda nos cuenta episodios importantes de su vida, de sus orígenes y su compromiso político, además de las circunstancias que rodearon la creación de sus poemas más famosos. Un libro que nos permite descubrir sus principios, valores y su compromiso con la libertad, y acaba evocando a su amigo el presidente Salvador Allende. 

Y especialmente para mis compañeros, profesores de español en Francia, en la página 65 de este libro encontramos el texto "La Palabra", un verdadero canto al poder de las palabras y la visión particular de Neruda sobre la conquista española de América Latina:

"Qué buen idioma el mío, qué buena lengua heredamos de los conquistadores torvos ... Estos andaban a zancadas por las tremendas cordilleras, por las Amércas encrespadas, buscando patatas, butifarras, frijolitos, tabaco negro, oro, maiz, huevos fritos, con aquel apetito voraz que nunca más se ha visto en el mundo... Todo se lo tragaban, con religiones, pirámides, tribus, idolatrías iguales a las que ellos traían en sus grandes bolasas... Por donde pasaban quedaba arrasada la tierra.. Pero a los bárbaros se les caían de las botas, de las barbas, de los yelmos, de las herraduras, como piedrecitas, las palabras luminosas que se quedaron aquí resplandecientes... el idioma. Salimos perdiendo... Salimos ganando... Se llevaron el oro y nos dejaron el oro... Se lo llevaron todo y nos dejaron todo... Nos dejaron las palabras "


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